Programas inconscientes: ¿Cómo liberarme de ellos?
- Romina Clemente
- 2 mar 2017
- 3 Min. de lectura
Hoy tengo la intención de aclararte cómo nos liberamos realmente de estos programas, y cómo no nos liberamos.

Para comprenderlo, antes tienes que conocer dos conceptos: “forma” y “fondo”.
¿Qué es la forma?
La forma es aquel método o técnica que vas a emplear para soltar un programa, o resolver un conflicto con una persona.
Algunos ejemplos de forma podrían ser: un acto simbólico, una carta, un ejercicio de pnl, una hipnósis, una regresión, una constelación o movimiento sistémico o cualquier otro tipo de técnica.
¿Qué es el fondo?
El fondo es desde dónde vas a utilizar esa “forma”. Tiene que ver con lo que hay en tu corazón a la hora de, por ejemplo, hacer un acto simbólico.
Vamos a verlo con un ejemplo:
Si haces un acto simbólico, una carta, una constelación o lo que sea… solamente por tu síntoma o peor aún, porque crees que “tu árbol es tóxico”, es decir, desde el miedo (como si tuvieses una araña en el hombro y gritases: ¡quítamela, quítamela!), es probable que no consigas absolutamente nada.
¿Por qué? Porque lo que hay en el “fondo” es miedo, y desde ahí todo lo que hagas, lo harás con miedo (en cualquiera de sus formas) y por lo tanto lo que puedes conseguir al final son más y más formas de miedo.
El miedo te llevará a hacer juicios y buscar culpables, y puede que señales como culpables de lo que te sucede a tus ancestros, o bien termines sintiéndote culpable tú por lo que hicieron o no hicieron, o por lo que hiciste o no hiciste… culpa culpa culpa… y, ¿qué merece la culpa? Castigo! (así se nos ha enseñado) y cada vez más metido en el miedo.
Puede incluso que alguna vez vayas o hayas ido a una consulta, con la intención oculta de confirmar que tienes razón, y que tu madre, padre, abuelo o quien sea menos tú… son los culpables de lo que sea que te ocurra… por supuesto el trabajo de un buen terapeuta es acompañarte a que te des cuenta que no es así, que puedas tomar responsabilidad de tus síntomas y a partir de ahí puedas cambiar.
Sí, tú, cambiar tú.
Aunque es verdad que la mayoría de personas que va a consulta, en un primer momento van porque existe un síntoma (sea biológico, emocional, psicológico o una situación de pareja, dinero, trabajo, etc.), si realmente deseamos sanar tanto física como psico-emocionalmente debemos estar dispuestos a cambiar la forma de ver las cosas.
Así que el “fondo” de cualquier “forma” debe ser la comprensión profunda, la aceptación y la gratitud.
Es en el “fondo” y no en la “forma” donde se debe centrar todo el proceso de acompañamiento o terapia.
Puedes aprender mil técnicas diferentes, todo tipo de terapias, la más moderna, la más clásica, la chamánica, la de moda… y no servirá para nada si el “fondo” sigue siendo miedo.
Para mí el transgeneracional es un “cómo”, es un “cómo” que me encanta, que me permite una comprensión mayor de lo que sucedió, que me permite conocerme mejor y conocer esos programas que heredo, pero la diferencia no la marca el transgeneracional sino desde dónde estoy mirando mi transgeneracional.
¿Cuál es mi mirada hacia mi árbol genealógico?
Sin duda En transgeneracional una mirada objetiva para comprender y amorosa para agradecer es la clave
¿Y qué pasa si en este momento mi “fondo” es rabia y miedo?
No pasa nada, de hecho es genial que puedas reconocerlo así. No intentes para nada negar el miedo, más bien ponlo sobre la mesa y reconócelo.
Di: “Sí, así es. En este momento siento que mis ancestros son los culpables de todos mis problemas, siento rabia y miedo, y aunque me gustaría poder ser objetivo y mirar mi árbol con amor, aunque fuese para liberarme, ahora mismo siento rabia hacia ellos.”
¡Qué bueno! Porque entonces la consulta se va a basar en esto, y utilizaremos “formas” para transformar ese “fondo”, pero de nuevo… la “forma” no es lo importante, sino el “fondo”, que en este caso es la intención detrás de “me gustaría poder ser objetivo y mirar mi árbol con amor”.
Y al final si el “fondo” cambia, cualquier programa atado a él también cambia.
Concluyendo, lo que intento transmitirte es que no hay un “cómo” hay un “desde dónde” y en tal caso un “para qué”… y cuando estos dos están claros, el “cómo” a veces ni siquiera hace falta.
Podemos estar toda la vida viviendo en el pasado a través de repetir o reparar historias de nuestro clan o podemos tomar todo aquello que nos es dado a través de la vida y hacer algo útil hacia la vida que sigue, también en memoria de quienes nos precedieron. Éste será el fin si tú y yo nos encontramos.
Así que si realmente quieres liberarte, no busques “cortar”, busca aprender a que de tu corazón salga un “Gracias.”
Gracias a vos que me lees!!!
Comments